La tierra que hoy conocemos tenía un aspecto muy distinto del que tenía poco tiempo después de su nacimiento, hace unos 4.500 millones de años, entonces era un amasijo de rocas conglomeradas, cuyo interior se calentó y fundió todo el planeta. Con el tiempo la corteza se secó y se volvió sólida. En las partes más bajas se acumuló el agua, mientras que, por encima de la corteza terrestre, se formaba una capa, de gases: la atmósfera.
Agua, tierra y aire empezaron a interactuar de forma bastante violenta ya que, mientras tanto, la lava manaba en abundacia por múltiples grietas de la corteza terrestre, que se enriquecía transformaba gracias a esta actividad.
algunos consideran que hace unos 15 millones de años se produjo una explosión, la fuerza desencadenada impulsó la materia muy densa en todas las direcciones, a una velocidad próxima a la de la luz. Con el tiempo, y a medida que se alejaba del centro y reducía su velocidad, masas de esta materia se quedaron más próximas, para formas más tarde las galaxias.
Después de este período inicial en que la tierra era una masa incandecente, las capas exteriores comenzaron a solidificarse, pero el calor procedente del interior las fundía de nuevo. Finalmente la temperatura bajo de nuevo como para permitir la formación de una corteza terrestre estable. al principo no tenía atmósferay recibía muchos impactos de meteoros. La actividad volcánica era intensa, lo que motivaba que grandes masas de lava saliesen al exterior y aumentasen el espesor de la corteza al enfriarse y solidificarse.
Esta actividad de los volcanes generó una gran cantidad de gases que acabaron formando una capa sobre la corteza. su composición era muy distinta de la actual, pero la primera capa protectora y permitió la aparición del agua líquida, lo que algunos llaman atmósfera 1.
En las erupcios, a partir del oxígeno y el hidrógeno se generaba vapor de agua, que al ascender a la atmósfera se condesaba dando paso a las primeras lluvias. Al cabo del tiempo con la corteza más fría, el agua de las precipitaciones se pudo mantener líquida en las zonas más profundas dando lugar a los mares y océanos, es decir la hidrosfera.
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